Pilar de la vida es el lema escogido este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef para celebrar la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Cada año entre el 1 y el 7 de agosto las organizaciones se unen para reivindicar los beneficios de la lactancia materna. El último estudio de la OMS concluyó que sólo 2 de cada 5 recién nacidos disfrutan de la lactancia materna inmediatamente tras el parto. Esta práctica, la de amamantar en la primera hora de vida, salvaría la vida de 820.000 niños al año en todo el mundo.
Estas cifras llevaron a las organizaciones a poner el acento este año en la importancia de destacar la lactancia materna como un pilar de vida, una garantía de mejora de la salud.
La lactancia materna mejora la salud de la madre y el niño
¿Por qué? Porque la lactancia materna desde el primer momento es clave para la salud del bebé y para su supervivencia en aquellas zonas del mundo donde la prevalencia de enfermedades infecciosas es mayor. La leche materna es un potente inmunizador y garantiza unas mejores condiciones de salud tanto para el niño como para la madre. Aquí te resumimos algunas de ellas:
El calostro es el líquido que produce la mama de la madre durante las primeras horas tras el parto y antes de que suba la leche. Tiene un sabor parecido al líquido amniótico, con el que el bebé ha estado en contacto durante el embarazo, pero sobre todo tiene una alta concentración de proteínas y vitaminas, y betacarotenos, lo que hace que tenga un color más amarillento que la leche.
La “primera vacuna”
El calostro fortalece de forma importante el sistema inmune del niño, por lo que los especialistas lo consideran “la primera vacuna” del bebé. Amamantar al niño durante la primera hora de vida estimula la generación del calostro y la subida de la leche, por eso la OMS y Unicef recomiendan iniciar y mantener el contacto piel con piel justo después del parto.
La leche materna cubre todas las necesidades nutricionales (incluso de consumo de agua) e inmunológicas que el bebé tiene durante los primeros 6 meses de vida. De ahí que se recomiende como alimentación exclusiva en ese periodo. La lactancia materna puede satisfacer la mitad o más de las necesidades energéticas de un niño de 6 a 12 meses, y un tercio de las necesidades energéticas de un niño de 12 a 24 meses. Es también por eso que la OMS recomienda mantenerla hasta los dos años.
Evitar el sobrepeso y las enfermedades
Amamantar protege al bebé de sufrir enfermedades tanto a corto como a largo plazo. En los primeros meses de vida, el niño está más protegido de sufrir diarrea, infecciones respiratorias, otitis media o el síndrome de muerte súbita del lactante. A largo plazo, la lactancia materna disminuye el riesgo de maloclusión dental (alineación incorrecta de los dientes), de sobrepeso y obesidad, y de diabetes mellitus.
Como recalca la OMS en el documento publicado para celebrar la Semana Mundial de la Lactancia 2018, está demostrado que la lactancia materna por períodos más prolongados contribuye al desarrollo cognitivo; los niños alimentados con leche materna tienen un coeficiente intelectual 2.6 puntos mayor.
Pero también es beneficioso para la salud de la madre, que con esta práctica no sólo acelera su recuperación física tras el parto, sino que reduce el riesgo de sufrir cáncer invasivo de mama, cáncer de ovario, sobrepeso y obesidad y diabetes mellitus.
La lactancia materna exclusiva o predominante se asocia con periodos más largos de amenorrea (interrupción del periodo) postparto y contribuye al espaciamiento de los embarazos.
La lactancia materna y la ayuda a la madre
La campaña de este año con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia insiste en una idea de la que tanto la OMS como Unicef destacaron en un reciente informe: “Las madres simplemente no reciben ayuda suficiente para amamantar en esos minutos cruciales posteriores al nacimiento, ni siquiera por parte del personal médico de los centros de salud”. Por eso, 3 de cada 5 recién nacidos no toman el pecho en la primera hora de vida.
“Debemos ampliar urgentemente las ayudas para las madres, ya sea por parte de miembros de la familia, trabajadores de la salud, empleados o gobiernos, de forma que puedan proporcionar a los niños el comienzo que merecen”, sostienen la OMS y Unicef, que invitan al personal sanitario y los hospitales a fomentar una lactancia exitosa.
Amamantar es la mejor solución para el bienestar del bebé y de la madre, además de ser la alimentación más segura y más barata. Sin embargo, no siempre resulta fácil iniciarla ni mantenerla, especialmente si la madre no dispone de toda la información o el apoyo que necesita. Por eso la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha creado un Comité de Lactancia Materna con amplia información y recursos y hasta una App.