Angélica Figueroa Conde-Valvís, Doctora en Biología Molecular y jefa del Grupo de Plasticidad Epitelial y Metástasis del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC)
Angélica Figueroa dirige el grupo de investigación Plasticidad Epitelial y Metástasis del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC), un equipo de 10 investigadores, que trabaja con oncólogos, patólogos y cirujanos en la investigación de fármacos para inhibir la metástasis del cáncer de colon. Angélica es madrileña y llegó a A Coruña y al INIBIC en 2009. En 2012 recibió el Premio Rafael Hervada por uno de sus estudios y logró una gran visibilidad en un entorno en el que no era conocida. La Fundación San Rafael ha colaborado con diferentes investigaciones de su grupo y concretamente en la financiación del estudio Efecto de nuevos antitumorales sobre el interactoma de cáncer de colon.
Hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, participa en un programa impulsado por mujeres científicas para visibilizarlas entre los escolares y ofrecerá una charla en el colegio Santa María del Mar para contar su trayectoria. Desde que empezó a estudiar en Madrid hasta que llegó a ser jefa de grupo en el INIBIC, pasando por Brisbane (Australia), Baltimore (EEUU) o Londres. Toda una trayectoria ligada a la investigación del cáncer.
-Hoy se reinvindica la importancia del papel de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y siempre se dice que las mujeres son minoría en las carreras técnicas, pero nuestra impresión es que las científicas son mayoría. ¿Es así?
-Sí. Un 60% de los científicos son mujeres, pero en el campo de la Biomedicina, aunque haya muchas mujeres investigando, no llegan a puestos de responsabilidad. Sólo 3 de cada 10 mujeres llegan a ser jefas de grupo. Cuando una termina el doctorado, realiza el postdoctorado y puede llegar a puestos de jefa de grupo, coincide con la etapa en la que la se plantea ser madre. Muchas mujeres deciden que es demasiado esfuerzo pero en muchos campos, aunque lo intente, la mujer siente que el sistema no promueve que le den esas oportunidades porque se cree que no va a dar todo lo que un hombre podría dar. Ese es el mayor hándicap. Cuando a una mujer le das una oportunidad, y quiere apostar por su carrera profesional, nunca la deja pasar. El mayor factor de riesgo del progreso de la carrera científica es la maternidad.
Sólo un 7,5% de los referentes científicos son mujeres en los libros de texto
Yo asumí una responsabilidad bastante fuerte con la maternidad y la crianza (tengo un hijo de 6 años) y estos años han sido muy esforzados: Me levanto a las 5 de la mañana y trabajo hasta las 8… Otros días, me acuesto a las 2 de la mañana, saco tiempo de donde sea, como delante del ordenador y ya no tomo café a media mañana…Es verdad que en otro tipo de carreras como Matemáticas, Ingeniería, Informática, el porcentaje de alumnas se reduce drásticamente. Por eso tenemos que celebrar estos días, porque necesitamos sacar a la luz referentes y que estos ejemplos calen en la sociedad.
-¿Y empezar por los colegios?
Sí. Hay estudios que dicen que sólo un 7,5% de los referentes culturales y científicos de los libros de la ESO son mujeres. Si un niño o una niña aprenden que el famoso científico es hombre ¿Cómo va a pensar que hay lugar para las mujeres? Hay muchísimos y muy importantes referentes femeninos en la Cultura y la Ciencia pero no están visibilizadas ni se les ha dado el reconocimiento que merecen. Tenemos que trabajar muchísimo y que las niñas de hoy accedan a estos puestos de trabajo, que ofrecen una mejora social, un motor de cambio en la sociedad y profesiones de gran cualificación y altamente remuneradas.
La visibilidad de recibir el Premio Rafael Hervada
-Es una de las tres mujeres que han recibido el Premio Rafael Hervada a la Investigación Biomédica, ¿no?
-Es verdad, no me había dado cuenta. Creo que fui la primera mujer premiada, en la edición XIX, en 2012. La Fundación San Rafael es muy consciente de la necesidad de visibilizar la importancia del papel de la mujer en la ciencia y utiliza todas sus herramientas para darnos proyección y poner de manifiesto la importancia de las mujeres científicas.
-¿Qué supuso el Premio Rafael Hervada en su carrera?
-Fue un apoyo muy importante. Y es un día que recuerdo con muchísimo cariño porque te reconocen profesionales médicos de gran prestigio y te sientes muy agradecida. Fue muy importante porque soy madrileña, llegué aquí en 2009, pero nunca me había planteado trabajar en Galicia. Estaba en el extranjero y estudiaba varias posibilidades para volver a España. Había una convocatoria de captación de talento en Galicia que me pareció muy buena y me presenté. Así que llegué en 2009 y no me conocía nadie, no era discípula de nadie ni me podían relacionar con profesionales como Ángel Carracedo o Francisco Blanco…
-¿Le dio visibilidad entonces?
-Al 100%. Llevo toda mi trayectoria, desde 1998, investigando el cáncer pero aquí no me conocía nadie. Me presenté al premio pero ni la dirección del Hospital San Rafael ni los miembros del tribunal me conocían. Cuando me dan el premio porque consideran que mi trabajo de investigación es el mejor, me parece importantísimo. Es un reconocimiento enormemente satisfactorio porque yo tengo la sensación de que me lo he ganado todo yo, con mi esfuerzo, pero ellos me reconocieron así. A raíz del Premio San Rafael, en los medios de comunicación, en todas partes aquí… empezaron a relacionarme con la investigación del cáncer.
Nuevos fármacos contra la metástasis de cáncer de colon con el apoyo de Fundación San Rafael
-Y como jefa de su grupo dirige el estudio Efecto de nuevos antitumorales sobre el interactoma de cáncer de colon en el que colaboró la Fundación San Rafael.
-Sí. Conozco la Fundación San Rafael desde su creación porque hemos estado en contacto desde que me dieron el Premio Rafael Hervada y nos han apoyado en diferentes proyectos. Este último es muy importante porque estamos centrados en buscar nuevos fármacos que bloqueen el proceso de metástasis. El 90% de las muertes de los pacientes de cáncer son debidas a la metástasis. Hace unos años se intentaban buscar antitumorales que lograsen frenar el tumor pero sabemos que si existe alguna celulita capaz de metastatizar, con el tiempo puede haber metástasis. Tenemos fármacos dirigidos a una diana molecular que está implicada en un proceso que se llama degradación de proteínas y que se considera una de las innovaciones más importantes del siglo XXI para diseñar fármacos.
Hemos dirigido fármacos contra esta proteína e intentamos dilucidar cuáles son las consecuencias de bloquear esa proteína no sólo en términos de metástasis sino molecularmente. La Fundación San Rafael nos ha facilitado desarrollar una serie de iniciativas para entender mejor ese proceso. Y cuál es el alcance que podemos tener a efectos de invasión, migración y progresión tumoral. Nos ha dado una financiación muy importante a la hora de responder nuevas preguntas con respecto a la capacidad de inhibición de las metástasis.
Proteínas implicadas en colitis ulcerosa y enfermedad de Chron
-¿Hay algún resultado de este estudio que podamos comentar?
-Hicimos un estudio preliminar en el que conseguimos identificar unas 30 proteínas ligadas a esta diana molecular y de ellas, 3 o 4 que estaban alteradas por la presencia del fármaco. Ahora estamos estudiando cómo estas 4 proteínas pueden modular el efecto de progresión tumoral y metástasis, junto con la diana molecular. Una de las ideas que hemos encontrado es que alguna de las proteínas actúa cuando hay inflamación y que puede actuar en estadios muy tempranos de la progresión tumoral. Creemos que esta proteína puede estar activa en los procesos inflamatorios, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn. Nos ha abierto un nuevo campo de investigación que desconocíamos y estamos ahora haciendo nuestros experimentos y avanzando con la idea de publicar este año un artículo de investigación. Esperamos que sea bueno y de impacto. La Fundación San Rafael ya nos había apoyado en otros proyectos y en 2 artículos científicos. Además también la charla de hoy está apoyada por la Fundación San Rafael.
-¿Cómo participan las científicas en el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia?
-En realidad son dos semanas en las que las mujeres científicas nos acercamos a los colegios para dar charlas y explicar no sólo cómo es nuestra carrera sino para sensibilizar del problema que hay. Las niñas necesitan inspirarse y tener referentes mujeres. De forma individual siempre hemos participado con colegios, como yo con el Santa María del Mar, pero ahora se está globalizando. En Galicia desde la asociación Ciencia es Femenino que visibiliza a las mujeres científicas de todos los campos existe el programa Recoñéceas y la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) activa la campaña Conócelas, que coordina a 145 investigadoras de cáncer para visibilizarlas en los colegios y hablar ante 6.500 alumnos.
-¿Cuál es el feedback que reciben? ¿Qué preguntan o transmiten los chicos y chicas?
-Yo suelo iniciar la charla con la necesidad de concienciar, darles a conocer que es un problema real con datos reales y no nos lo inventamos. La Universidad de A Coruña por ejemplo no llega a un 20% de catedráticas, y entre la plantilla médica, sólo un 20% llegan a jefas de servicio. La proporción es aún menor en las especialidades más técnicas, como Cardiología (11%), Cirugía de alta precisión, mientras que las mujeres se asocian más a Pediatría, Médico de Familia… Por no hablar de los Premios Nobel, sólo han sido premiadas un 7% y en Física, sólo un 1,4%. Son números muy claros y por eso celebramos este día, les explicamos que esto es un problema. Siempre cuento además que es una profesión que te permite viajar y estar siempre en contacto con otras culturas y civilizaciones y personas que se dedican a lo mismo que tú y tienen los mismos intereses.
La sutileza de los sesgos y la discriminación
-¿Y qué les preguntan?
-Las chicas siempre preguntan si me he sentido discriminada por género. He dado charlas en A Coruña, Vigo, Madrid… Y es una pregunta que siempre me hacen. La respuesta es que nunca nadie por el hecho de ser mujer ha intentado sacarme de en medio, pero a veces es muy difícil percibir estos sesgos porque es todo muy sutil. A mí me pasa que cuando organizo jornadas o congresos al pensar en a quién invitamos, siempre pensamos en hombres. ¿Por qué? Porque son los que se ven, los que están en los periódicos. Y de repente me encuentro con una lista de 7 hombres y 3 mujeres y digo, no, esto tiene que cambiar. Hago un esfuerzo en pensar en las mujeres y equilibro el programa, pero realmente me vienen a la cabeza los hombres. ¡A mí, que estoy concienciada!
-Es curioso eso de la sutileza porque incluso en los 80 y 90 cuando la presencia de la mujer ya estaba normalizada en la Universidad, las mujeres eran mayoría en Humanidades y si una mujer se planteaba estudiar medicina se le advertía de que era muy difícil.
-Efectivamente, eso es un sesgo, nadie te lo impide, pero te desanima, cuando a un hombre se le da por supuesto y se le anima. Yo tuve una alumna que hizo el doctorado conmigo y es una chica brillante; sacó las mejores notas de la promoción, tuvo las mejores becas de investigación… Había empezado ingeniería y lo dejó porque tuvo esa sensación de no estar a la altura. Y estoy segura de que hubiera podido con creces. Luego hay un montón de chicas que te dicen yo quiero ser madre y que entienden que el sacrificio para progresar es muy grande, que no se le van a dar las mismas oportunidades a continuar la carrera científica siendo madres porque es una carrera exigente. No hay mecanismos que contemplen que las mujeres puedan llegar a todo a través de la conciliación.
La conciliación, ¿una responsabilidad sólo de mujeres?
-Está en todos los discursos, pero…
–Necesitamos referentes mujeres madres. Es difícil de explicar, pero lo veo a mi alrededor, hay mujeres que son muy buenas en su profesión pero no han llegado a donde deberían por ser madres porque ni siquiera les dan la oportunidad de decidir a ellas. Y todas las mujeres en esta situación se quejan de que las mujeres que llegan a puestos de liderazgo, no han sido madres. Entonces, la idea que se transmite es que para llegar arriba hay que sacrificar esa faceta. La igualdad se alcanzará cuando un hombre que llegue a un puesto de responsabilidad se le pregunte ¿cómo has conseguido llegar a este puesto y compaginarlo con la conciliación? Es algo que sólo se pregunta a las mujeres como si fuéramos las únicas que tenemos que conciliar.
La importancia de los buenos docentes para motivar
-Su vida siempre ha estado ligada a la investigación. ¿Cómo se enfocó a la ciencia?
-Sí, toda mi trayectoria la he dedicado a investigar. Creo que lo más importante son los y las docentes. Cuando tienes una profesora buena en Biología y te abre a ese mundo… Marca mucho no tener un profesor bueno porque cuando hay uno bueno, siempre genera que haya muchos alumnos que quieran estudiar lo mismo que él. A mí me marcaron mucho varias profesoras que tuve muy buenas. Y a la hora de elegir la carrera, eso lo explico en la charla, es un proceso, no lo decides a los 3 años…
-Eso le iba a preguntar, si fue una niña científica
-No, yo era una niña normal, como cualquier otra. A partir de 6º de EGB me empezó a interesar este campo y poco a poco me enfoqué hacia la Biología. Recuerdo que cuando estábamos en esa fase de elegir carrera, el padre de una muy buena amiga mía, que era médico, me dijo: Angélica, no estudies Biología, que los biólogos están todos en paro, estudia Medicina. Pero yo realmente sabía que eso no era para mí. Soy demasiado empática y sufro demasiado con el padecimiento de las personas. A pesar del consejo, me decidí a estudiar Biología, me enfoqué al campo de la investigación del cáncer y trabajé y me esforcé muchísimo.