Las infecciones de orina se producen cuando los gérmenes contaminan la orina y se reproducen dentro del tracto urinario. Una infección de orina puede provocar síntomas, como dolor o escozor al orinar, molestias en el la zona baja del abdomen, sensación de urgencia para orinar, ganas permanentes de hacerlo o impresión de no haber finalizado. También puede aparecer mal olor en la orina o picor al orinar o incluso después de hacerlo.
La causa de esta infección son las bacterias. Lo más habitual es que el E-Coli, presente en el intestino alcance la uretra, y provoque una infección urinaria, que a menudo deriva en una cistitis o inflamación de la vejiga. La anatomía femenina hace que sean más habituales entre las mujeres. Según una publicación de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la mitad de ellas puede sufrir una infección del tracto urinario a lo largo de su vida.
Si la infección de orina alcanza la vejiga, estaremos ante una cistitis; si afecta al riñón y la zona pélvica renal, hablamos de una pielonefritis. Suele ser un agravamiento de la cistitis y suele venir acompañada de fiebre. Si la infección está en la uretra, será una uretritis y en la próstata, en el caso de los hombres, se produce la prostatitis.
Infecciones recurrentes
Las infecciones de orina agudas suelen tratarse con antibióticos durante tres días. Los casos agudos son aquellos en los que los síntomas (urgencia para orinar, dificultad o dolor al hacerlo) aparecen de forma repentina y producen dolor.
Es frecuente que estos casos vuelvan a repetirse en las dos semanas siguientes a haber terminado el tratamiento, lo que está asociado a una recaída en la infección por la misma bacteria. Si tarda más de un mes en repetirse, podría tratarse de una contaminación nueva, ante la que el antibiótico del primer tratamiento puede no ser efectivo. Por eso es importante acudir a un médico que, con un cultivo, podrá despejar las dudas.
Riesgos de las infecciones urinarias no tratadas
Las infecciones de orina no tratadas pueden provocar graves problemas de salud e incluso una septicemia; una infección multiorgánica y generalizada que puede provocar la muerte. El hecho de que sean frecuentes no las hace menos peligrosas. Aquí te detallamos algunos de los riesgos:
- Infecciones recurrentes. Sin tratamiento, esta dolencia puede prolongarse, con dos o más infecciones de las vías urinarias en un período de seis meses, o cuatro o más en un año.
- Daño renal permanente derivado de una pielonefritis grave.
- Durante el embarazo, puede provocar que el bebé nazca con bajo peso o sea prematuro.
- Septicemia, una complicación de las infecciones que puede provocar la muerte, especialmente si se extiende hacia los riñones.
Factores que predisponen a las infecciones de orina
Hay algunas situaciones que hacen que las infecciones urinarias sean más probables. Algunas están relacionadas con la anatomía, como en el caso de las mujeres, que sufren más porque su uretra es más corta que la de los hombres, lo que hace que la vejiga esté más expuesta. También, por la proximidad entre la vagina y el ano.
Pero existen otras situaciones desencadenantes:
- Mala higiene íntima. Por exceso como por defecto. Hay productos de uso íntimo o desodorantes vaginales que pueden desencadenar una infección de orina por alteraciones del ph.
- Baños en contacto con superficies o aguas contaminadas con microorganismos, estancadas, etc.
- Las relaciones sexuales. Los especialistas consideran que las mujeres sexualmente activas son más proclives y que el riesgo aumenta con una nueva pareja. Existen además algunos espermicidas y diafragmas que pueden producir infecciones. También hay prácticas sexuales de riesgo.
- Los cambios hormonales como el embarazo o la menopausia pueden desencadenar infecciones urinarias, por cambios en las vías urinarias.
- Uso de sondas y catéteres. Las infecciones de orina a menudo se producen entre personas ingresadas en hospitales y que han estado conectadas a una sonda o un catéter…
En general estas afecciones son más frecuentes en todas las situaciones que impidan el vaciado total de la vejiga y cuando los períodos de espera entre micciones son muy largos.
Ellos también sufren infecciones de orina
Son más frecuentes entre las mujeres, pero las infecciones de orina también afectan a los hombres y cuando las padecen, suelen ser casos más graves.
La SEN indica que las infecciones de orina se dan en hombres en “dos picos de incidencia”: A lo largo de su primer año o después de los 50, relacionadas con “patología prostática o con manipulaciones urológicas”. Un 12% de los hombres sufrirá una infección urinaria a lo largo de su vida y más probablemente, a partir de los 50 años. A diferencia de las mujeres, los hombres sufren infecciones más frecuentemente en órganos distintos a la vejiga; en la uretra durante la infancia, asociada incluso a la fimosis, y en la próstata, en la madurez.
Tanto en hombres como en mujeres la infección de orina puede ser un indicativo de la existencia de piedras renales.
Cómo prevenir las infecciones de orina
- Bebe mucho, sobre todo agua. Diluirás la orina y orinarás con mayor frecuencia, lo que permite expulsar las bacterias de las vías urinarias.
- Límpiate desde adelante hacia atrás. Evitarás que las bacterias del intestino se propaguen.
- Vacía la vejiga poco después de tener relaciones sexuales. También bebe un vaso lleno de agua para ayudar a expulsar las bacterias.
- Evita utilizar productos íntimos potencialmente irritantes.
- Intenta cambiarte de bañador o bikini si lo tienes mojado y sientes frío.
- Evita sentarte, especialmente en bañador o bikini, en superficies contaminadas o bañarte en aguas estancadas o con contaminación.
Los riesgos de una infección de orina en personas mayores
Las infecciones de orina son frecuentes entre las personas mayores y pueden presentar serios riesgos para su salud. ¿Por qué? Porque los síntomas en ocasiones no son tan claros y dificultan un diagnóstico que permita atajar la infección en su estadio más leve. Pero también porque una infección de orina puede descompensar el estado de personas con enfermedades como la diabetes o la hipertensión arterial. ¿Y por qué los ancianos son propensos a estas infecciones de orina?
Los mayores son más propensos a estas infecciones porque tienen un sistema inmune más débil, suelen beber muy poco y generan menos orina. Con la edad, además las personas pierden la capacidad de controlar totalmente los músculos de las paredes del tracto urinario, lo que dificulta que vacíen completamente la vejiga. El uso de pañales y sondas también son factores de riesgo para desencadenar una infección y son frecuentes en hospitalizaciones, que son más frecuentes con el paso del tiempo. A todo esto se une que en las mujeres mayores aumenta la presencia de manchas en el perineo y disminuye la actividad hormonal, alterando la flora vaginal y favoreciendo la proliferación de gérmenes.
El mayor riesgo de las infecciones de orina en las personas mayores es que no ofrezca síntomas, bien porque no son claros y se pueden confundir, bien porque a menudo consumen antiinflamatorios de forma habitual que enmascaran las molestias. Por eso los cuidadores deben atender a signos de una infección de orina para acudir al médico si aparecen síntomas inusuales en la persona com0:
- Intranquilidad
- Irritabilidad
- Decaimiento
- Confusión
- Desorientación
- Excesivo cansancio al realizar tareas cotidianas.
- Sensación de sed no explicable
- Dolor de cabeza
Las infecciones de orina pueden acarrear graves riesgos para la salud. No las subestimes y si detectas alguno de estos síntomas, acude a un médico cuanto antes.