Minia Amboage Valiño, Directora de Enfermería del Hospital San Rafael.
Cada 12 de mayo se celebra en todo el mundo el Día de la Enfermería, una jornada que conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, la madre del sistema actual de Enfermería. Fue la creadora de la primera Escuela de Enfermería y la que creó el modelo teórico y conceptual que sirvió de base para el desarrollo de la profesión de enfermera.
Minia Amboage Valiño es la directora de Enfermería del Hospital San Rafael y en esta entrevista nos cuenta cómo es la profesión, cómo se vive desde dentro, y su importante peso en el sistema sanitario. Son el colectivo más numeroso del San Rafael y de todos los hospitales y, también, el que dispensa un trato más directo al paciente.
-El lema de este año del Día Internacional de la Enfermería es Una voz para liderar. La salud es un derecho humano.
-Sí, se centra en el papel que tiene y en destacar que la salud es un derecho inherente a toda persona y que tiene tanto una base legal, como ético y moral.
-Es un lema que les pone muy en el lugar que les corresponde, ¿no?
-Sí. Probablemente la figura de la enfermera se asocie más a la labor asistencial, pero tenemos otros papeles. La enfermera es una profesional fundamental dentro de cualquier equipo multidisciplinar, ni más ni menos importante que otros. Por la cercanía con el paciente, la familia o la comunidad en general tienes una mayor confianza con las personas. El lema quizás ayude a visibilizar las tareas de gestión y planificación, más asociadas a otros estamentos, y que forman parte de nuestro trabajo.
-¿Tiene claras el público las funciones de una enfermera?
-Es posible que no. Hasta que hubo un desarrollo de la ley de profesiones, la enfermería partía de la base del Ayudante Técnico Sanitario. Es ayudante de alguien y parece que nuestras funciones están subordinadas a las órdenes de otros profesionales sanitarios y hay una parte que sí, pero no todas. La población desconoce cuál es el conocimiento teórico que nos respalda, una formación que como los médicos adquirimos durante la carrera y en nuestra trayectoria, actualizándonos. Tenemos que estar al día para aplicar los cuidados recomendados en cada momento. Ahora no sólo es una obligación moral sino también legal.
La enfermera y el apoyo emocional
-¿Cuáles son esas funciones de las enfermeras?
-Las enfermeras tenemos la función asistencial que conoce todo el mundo pero también la docente, investigadora y de gestión.
-¿Gracias a las enfermeras el mundo es mejor?
-Tenemos un papel importante y podemos contribuir a que sea un mundo mejor. Ser enfermera debe llevar implícito que tengas un compromiso y empatía con las personas. Nuestro cuidado es siempre a personas en condiciones de vulnerabilidad. Empleamos los valores personales que debemos tener todas las personas para influir en los pacientes. Como somos las que estamos más accesibles podemos dar más apoyo emocional que el médico, aunque ahora la tendencia es ir todos en esa dirección.
-¿La de humanizar la Sanidad?
-Sí, algo fundamental. Precisamente hay un proyecto ahora centrado en las unidades especiales que se llama Humaniza UCI, que no trata aspectos técnicos de la enfermedad, sino en cómo facilitar las visitas en áreas especiales, en cómo evitar esos ruidos, alarmas y luces que a veces no son necesarias y entorpecen el sueño y el descanso que son fundamentales para recuperarte de una enfermedad.
-Totalmente de acuerdo.
-Está centrado en aspectos que buscan el bienestar del paciente en ese momento. Mi opinión es que hemos partido de un panorama en el que los cuidados no estaban profesionalizados y formaban parte del ámbito familiar; le hemos dotado de un marco teórico en paralelo a un avance tecnológico y nos hemos pasado al otro lado. Tenemos que volver a reencontrar esos dos aspectos.
-¿Cuánto aporta el apoyo emocional a la curación?
-No puedo dar cifras, pero seguramente sea muy importante. Lo mismo con aspectos del ámbito social; el preocuparte de que una persona pueda irse a casa con una dependencia y asegurarse que va a tener el apoyo familiar o del entorno.
El peso de las profesionales
-¿Qué peso tiene la enfermería en el sistema sanitario?
-Es el colectivo más numeroso dentro de cualquier sistema sanitario y dentro de cualquier hospital. Es el que tiene el contacto directo, el que sirve de vehículo de transmisión de información y comunicación entre el paciente y el médico. No sé decir cifras ni creo que seamos las más importantes pero sí tenemos mucho peso y el hacer bien nuestro trabajo redunda tanto en que otros profesionales puedan hacer bien el suyo como en que el paciente se encuentre mejor. Las que contribuimos más directamente.
-¿Está entre las funciones de una enfermera ayudar al paciente a entender lo que el médico dice?
-Legalmente, no está entre nuestras funciones explicarle el procedimiento médico, pero sí es nuestro deber, y sucede muchas veces, aclarar todas las dudas que podamos aclarar y si no podemos, dirigirle al profesional que se las pueda resolver. Es muy curiosa la diferente relación que existe con los médicos y con las enfermeras. Es normal porque ellos llevan el peso del abordaje de la enfermedad, y les dicen a todo que sí y en cuanto se van por la puerta, nos buscan para consultarnos las indicaciones que les dio el médico porque con nosotros se relacionan un poco más de igual a igual.
-¿Se sienten reconocidas?
-Quizás nos gustaría que nos reconociesen más, como una profesión más respetada, que le diesen la misma importancia a nuestras indicaciones que a las de los médicos, pero creo que es una cuestión cultural en la que nosotras también tenemos nuestra responsabilidad, como en otras cuestiones de la sociedad.
Segundas víctimas
–Entre las cualidades de una enfermera también está el valor o la entereza ¿no? En un trato más directo con el paciente, será más difícil no implicarse.
-Sí. Hay que saber manejar las emociones. Eso suele ser un hándicap en las unidades de estancias largas, como oncológicas, pediátricas… donde hay dramas que le tocan a todo el mundo o en las UCI. Las enfermeras siempre reciben formación sobre cómo gestionar las emociones. Además de a ese nivel, una corriente muy de moda reconoce a los profesionales sanitarios como segundas víctimas. ¿Cómo se siente un profesional que ha cometido un error que puede tener una consecuencia tan grave como la muerte de un paciente? Ahora se nos tiene más en cuenta y se nos forma en cómo gestionar las emociones, nuestros duelos, y se está visibilizando esa otra parte que nos afecta.
-Lógicamente…
Yo he sido una enfermera asistencial con mucha implicación y una supervisora me habló una vez de distancia terapéutica. Hay que aprender a identificar señales que te indican que te estás extralimitando porque la atención tiene un límite dentro de tu trabajo y fuera. Las personas con una madurez profesional tienen que aprender a gestionarlo; a veces se me ha caído una lágrima con un paciente que llora. No me parece una muestra de debilidad, sino de empatía, pero no puedes sobrepasar la línea y que sea el paciente el que te acompaña a ti. Las supervisoras de Enfermería detectan situaciones y tienen herramientas para prestar ayuda.