Es hora de Hacerse Pruebas. Es hora de Tratarse. Es hora de Curarse es el lema escogido este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conmemorar, hoy, 28 de julio, el Día Mundial Contra la Hepatitis. ¿Por qué? En la segunda mitad del siglo pasado la Ciencia dio pasos de gigante en la investigación y el tratamiento de la enfermedad. Hoy, la hepatitis B puede afrontarse con vacunas y tratamientos eficaces y la hepatitis C tiene cura.
Todos los países se han comprometido a trabajar para erradicar las hepatitis víricas en 2030. Así lo recoge la Estrategia Mundial Contra las Hepatitis Víricas 2016-2021, pero el avance es lento.
La mayor barrera para lograr ese objetivo común es el desconocimiento. La OMS calcula que de los 325 millones de personas que están infectadas con alguno de los virus de la hepatitis, 300 millones no lo sabe; más del 92%. Y no todas las personas que han sido diagnosticadas reciben el tratamiento adecuado.
La situación en España es mejor pero no óptima. Según las cifras de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), hay 200.000 personas afectadas solamente por la hepatitis C. Entre el 30 y el 40% de esta población tampoco lo sabe.
El diagnóstico, un reto mundial
Es por esto que la Alianza Mundial Contra la Hepatitis ha lanzado su propia campaña: Encontremos a los Millones que aún No lo Saben para los próximos 3 años.
Y es que a pesar de las herramientas y fármacos que la Ciencia tiene a su alcance, 257 millones de personas en todo el mundo están infectadas de hepatitis B y otros 70 millones, de la variante C del virus. Estas enfermedades son una de las principales causas de muerte en todo el mundo (1,34 millones al año), más que las causadas por el /SIDA, la tuberculosis o la malaria.
Las personas infectadas de los virus B o C de la hepatitis pueden no presentar síntomas hasta 20 años. Su hígado sufre un deterioro paulatino. Son pacientes que, sin la administración del tratamiento, tienen altas posibilidades de sufrir una enfermedad hepática, cirrosis o cáncer de hígado, además de transmitir la enfermedad.
España cuenta con su propio Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C, que permitió tratar a más de 90.000 pacientes desde su puesta en marcha en abril de 2015. La Asociación Española para el Estudio del Hígado aboga por mejorar los sistemas de diagnóstico e implantar un programa de cribado nacional para poder cumplir con los objetivos de la OMS.
Tipos de virus de la hepatitis.
Virus A (VHA): Se transmite a través del agua o alimentos o enseres de aseo contaminados. El virus produce un cuadro agudo que nunca pasa a ser crónico. Tiene especial prevalencia en niños y adolescentes. Existe una vacuna eficaz para su prevención.
Virus B (VHB): La transmisión es parenteral, a través de la sangre y hemoderivados (por jeringas, agujas, catéteres… contaminados) y semen. Existe también la transmisión de la madre al hijo. Por su modo de transmisión, tiene especial relevancia en el ámbito hospitalario, por lo que se recomienda la vacunación en ese entorno. Existe una vacuna eficaz, previene la enfermedad en un 95% de los casos.
Virus C (VHC): Es una infección que puede permanecer asintomática hasta fases avanzadas. En estos casos, la destrucción del hígado es lenta y los síntomas aparecen hasta 20 años después de la contaminación.
Hasta finales de la década de 1980, no se conoció la existencia de este virus. Por eso, las bolsas de transfusión de sangre no se comprobaban. Esto provocó que hasta el 10% de las unidades de sangre resultasen contaminadas, y con ellas, las personas que las recibieron.
Su transmisión en trasfusiones de sangre es actualmente poco frecuente. Ésta se da sobre todo por la reutilización o esterilización inadecuada de jeringuillas y agujas, por vía sexual y vía materno-fetal. También se han dado casos en tatuajes o piercings realizados sin las medidas higiénicas adecuadas. Se cura con un tratamiento antivírico en el 95% de los casos.
Virus D (VHD): Es un virus defectivo que requiere del VHB para su replicación, lo que provoca hepatitis únicamente en presencia de este último. Ambos virus pueden contraerse simultáneamente o sucesivamente, lo que da lugar a hepatitis de alta severidad y que fácilmente pasa a ser crónica. Su transmisión es siempre parenteral.
Virus E: Otros agentes virales, no suficientemente conocidos, representan el gran grupo de hepatitis NANB (No A No B), que incluye todos aquellos que no pertenecen a los grupos anteriores.
Síntomas de la hepatitis
Deposiciones claras: El color blanquecino es un indicador de enfermedad hepática.
Orina turbia: De color mucho más oscuro de lo normal.
Color amarillento de piel y ojos (ictericia).
Dolor abdominal.
Picores inexplicables.
Debilidad y agotamiento físico.
Pérdida de apetito.
Náuseas y vómitos.
Fiebre baja.
Pérdida de peso.
El 28 de julio es la fecha elegida para conmemorar el Día Mundial Contra la Hepatitis en homenaje al Premio Nobel Baruch Samuel Blumberg. El doctor que descubrió el virus de la hepatitis B nació tal día como hoy. La jornada está dedicada a informar y concienciar a la población de la gravedad de la enfermedad y de los instrumentos para combatirla.