La Fundación San Rafael y Cáritas Interparroquial de A Coruña colaborarán en la inserción laboral de adultos con necesidades económicas y en riesgo de inclusión. Así lo recoge el convenio firmado por las dos entidades, que incluye la promoción de acciones de voluntariado para el acompañamiento de personas que viven solas.
El protocolo fue suscrito el lunes por la presidenta de la Fundación San Rafael, Benigna Peña, y la directora de Cáritas Interparroquial de A Coruña, Pilar Farjas, en el Hospital San Rafael.
Cáritas Diocesana de Santiago Interparroquial de A Coruña desarrolla cursos de formación para capacitar a adultos con necesidades económicas o en riesgo de exclusión. Para ello, la entidad gestiona un Centro de Formación en la calle Violetas de A Coruña. En él se imparte formación en atención sociosanitaria, limpieza de centros médicos y empresas, además de mantenimiento de instalaciones, ayudante de cocina o camarero, entre otras.
Listas de contratación para la inserción laboral
A través de este acuerdo, la Fundación San Rafael ofrece a Cáritas Interparroquial hacer partícipes a los usuarios de su Centro de Formación de los procesos de selección que se abran a partir de ahora en su grupo de empresas (Hospital San Rafael, Hércules Salud, Sanal). El personal formado por Cáritas, que en muchos casos se ajusta a los perfiles requeridos por estas compañías, se incorporará para ello a sus listas de contratación.
El convenio prevé la coordinación de las dos instituciones en la organización de actividades de voluntariado para luchar contra la soledad. Se trata de combatir la soledad como factor de exclusión de personas, especialmente ancianos, enfermos y con necesidades especiales. Las dos organizaciones se vinculan así para colaborar en proyectos de acompañamiento y apoyo personal de voluntariado para personas que viven solas.
Durante la firma del convenio, Benigna Peña y Pilar Farjas destacaron los objetivos que comparten la Fundación San Rafael y Cáritas Interparroquial y su preocupación por el “grave problema” en el que se está convirtiendo la soledad. El acuerdo pretende servir para “un aprovechamiento de los recursos más óptimo y una cooperación activa en el desarrollo de temas de interés común”.