La biopsia líquida es un método de estudio y diagnóstico de tumores en fluidos biológicos, como la saliva, la orina, el líquido pleural o la sangre. Este término ha ganado protagonismo en la literatura científica y en los medios de comunicación a lo largo de esta década. Sin embargo, las bases de esta técnica para el estudio de los tumores son muy antiguas, de 1869. Los avances en la secuenciación del genoma y tecnológicos permitieron recientemente instaurar esta técnica, que supuso una revolución en el abordaje de los tumores. ¿Por qué?
1. Un descubrimiento de hace 150 años
El concepto biopsia líquida está recientemente asociado al rastreo de células o de ADN tumoral en sangre. El Dr. Thomas Ashworth descubrió en 1869 la presencia de células tumorales circulantes (CTC), en el riego sanguíneo de pacientes con cáncer de mama.
Las CTC son células que se escapan del tumor o de sus metástasis y circulan por la sangre del paciente enfermo. Estas células pueden sobrevivir y llegar a otros órganos desencadenando la reproducción del tumor en otro lugar del cuerpo, la metástasis. Su concentración en la sangre es muy baja. Por eso, el desarrollo del genoma y la tecnología permitieron estudiar estas CTC y convertir la biopsia líquida en una herramienta clave.
2. La biopsia líquida versus la de tejido
La biopsia líquida tiene diversos usos en el estudio del cáncer y vino a complementar y mejorar el diagnóstico de la biopsia de tejido. El método tradicional de diagnóstico del cáncer consiste en extraer una muestra del tejido del tumor o metástasis. Esta muestra es como una “foto fija” que los especialistas tenían como único instrumento para decidir el tratamiento a administrar. La biopsia líquida aporta mejoras respecto a la técnica tradicional.
Para empezar, es menos invasiva; consiste exclusivamente en un análisis de sangre. Además, precisamente por eso, se puede realizar en tumores inaccesibles para tomar muestras de tejido y repetirse para estudiar la evolución del tumor. Como explicaba el Dr. Ángel Concha en una reciente entrevista en este Blog, el cáncer es heterogéneo y tiene una enorme capacidad de mutar. Con la biopsia líquida es posible obtener información de todas las células que forman el cáncer y las metástasis, y entender los cambios moleculares con varias pruebas a lo largo del tratamiento.
“La biopsia líquida, que ahora está de moda, es una técnica de toda la vida. Los patólogos, por ejemplo, hemos diagnosticado cánceres en líquido pleural. Lo que ahora se entiende por biopsia líquida es el estudio de células o de moléculas derivadas de un tumor en el torrente sanguíneo. Esto mejora el diagnóstico porque se estudian células circulantes o moléculas, generalmente ADN del cáncer, en sangre”, comenta el Dr. Concha.
3. Aplicaciones de la biopsia líquida
Las células tumorales liberan al torrente sanguíneo ADN, ARN o proteínas libres en circulación relacionadas con tumores. La biopsia líquida permite por tanto la detección precoz del tumor, el control o el descubrimiento de mutaciones de resistencia. También testar un tratamiento e, incluso, averiguar si el cáncer se ha reproducido antes de ser visible en un TAC.
Ángel Concha explica que es una técnica común en los hospitales gallegos y existe un equipo de investigación vinculado al CHUS compostelano. “En el Chuac, por ejemplo, cuando un paciente con cáncer de pulmón a tratamiento presenta evidencias de que la enfermedad progresa, se hace biopsia líquida para ver si hay indicios de cáncer en la sangre. Si sigue la mutación inicialmente detectada o hay otras. No siempre funcionan los fármacos comprobados para determinadas mutaciones” , ejemplifica. “Es un herramienta importantísima, por ejemplo, para utilizar ensayos clínicos o fármacos experimentales”, añade.
4. Diagnóstico precoz
Esta técnica es además útil para el diagnóstico precoz de recurrencia. Cuando el cáncer vuelve tras ser tratado y todavía “no da la cara” como metástasis. En estos casos la concentración de células tumorales es tan baja que permite administrar un tratamiento eficaz
El Dr. Concha da por hecho que mientras no exista un programa de cribado para el diagnóstico precoz de cáncer de pulmón, este se hará por biopsia líquida. “En un estadio muy precoz la tasa de curación va a ser altísima; la calidad de vida del paciente, mucho mejor y el coste económico, mucho menor”, argumenta.
5. Limitaciones de la biopsia líquida
Como ocurre en general con algunos importantes avances clínicos, la información que se difunde no siempre es precisa. Por eso en algunos casos se asocia la biopsia líquida con la cura del cáncer. Como método de diagnóstico que es, ayuda enormemente a luchar contra el cáncer, pero “la biopsia líquida no cura”, recuerda Concha. Como herramienta que permite rastrear ADN de cáncer en estadios muy primarios de la enfermedad y fases latentes, la biopsia líquida posibilita determinar en qué órgano está localizado antes de ser descubierto y su perfil molecular. Esto, si existe un tratamiento contra esos determinados marcadores o mutaciones genéticas, allana el camino a la medicina de precisión.
El Dr. Concha, especialista en Anatomía Patológica en el Hospital San Rafael, aprecia 3 limitaciones fundamentales de la biopsia líquida: “El ADN que se aporta al torrente sanguíneo procede de las células muertas, pero no de las vivas, que pueden tener mutaciones o alteraciones que no están representadas”, comenta. La tecnología que se utiliza para hacer esta prueba puede llegar a ser tan sensible que incurra en “falsos positivos”. “La tecnología es muy sensible pero no sabemos aún cuánto de fiable”, explica el Dr. Concha, quien además apunta a la falta de experiencia para establecer cada cuánto tiempo debe hacerse una biopsia líquida y con qué tecnología, dado que estos protocolos “no están definidos”.