Hoy, 31 de mayo, conmemoramos en todo el mundo el Día Mundial Sin Tabaco. Es una jornada impulsada desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciar sobre los efectos del tabaquismo. El objetivo último es conseguir que cada vez más gente deje de fumar. Y es que en España casi un 30% de la población fuma, un hábito perjudicial para salud cardiovascular, pulmonar y un desencadenante del cáncer, como destaca la OMS. Su campaña de este año es El tabaco y la salud pulmonar.
Si fumas, seguramente has pensado alguna vez en ello o puede que lo hayas intentado sin éxito. Sigue siendo una magnífica idea. Abandonar el hábito tabáquico es una garantía de que mejorarás tu salud y la de quienes te rodean. ¿Te animas?
¿Qué pasa cuando dejas de fumar?
Como ya te contamos en nuestro Blog, la nicotina en sangre desaparece a las 12 horas y los niveles de CO2 se normalizan. La dependencia física está ahí desde pocos minutos después del último cigarrillo pero desaparece en unas 3 semanas. La adicción psicológica sin embargo perdura. No desaparece hasta pasados unos 6 meses, según la Fundación Española del Corazón.
¿Cómo se manifiesta esta adicción psicológica? Cuando una persona deja de fumar a menudo se enfrenta a síntomas de depresión, irritabilidad, ansiedad, desasosiego e insomnio, relacionados con el síndrome de abstinencia o mono.
Asociaciones al hábito que juegan en contra
La adicción psicológica es la asociación y añoranza de los efectos positivos que los fumadores asocian con su hábito. Efectos tranquilizadores, relajantes, estimulantes de la imaginación o la creatividad… Además, los fumadores asocian fumar con otros hábitos, como el consumo del café, el alcohol, las reuniones con amigos, hablar por teléfono, salir de trabajar, las pausas para relajarse…
Por eso, médicos y entidades que trabajan contra el tabaquismo coinciden en lo importante que es saber identificar esos momentos. Ser consciente de los hábitos asociados al tabaco para poder contrarrestarlos. Porque al dejar de fumar será en esos momentos cuando recordarás los efectos aparentemente positivos de fumar. También es entonces cuando es más probable que la adicción psicolótica te lleve a recaer.
Falsos mitos, los clásicos de la adicción psicológica
La forma de combatirlos es deshacer esa asociación, variar esos hábitos o sustituirlos por otros más sanos. Cambiar el té por el café durante un tiempo, evitar las reuniones con otros fumadores o pedirles que no fumen en tu presencia, variar las rutinas para evitar el recuerdo del tabaco son un buen inicio. Recuerda que pensamientos como “sólo fumar me relaja” son falsos mitos. Es mejor pensar en todo lo que ganas en salud y dinero cada día que te mantienes sin fumar.
Dejar el tabaco: las fases
Para hacerlo con garantías, es importante ser consciente de las limitaciones que la adicción te impone. Por eso los psicólogos establecen tres fases para lograr abandonar este hábito tan pernicioso.
- Preparación: Fase previa en la que el fumador toma conciencia de la necesidad de dejar de fumar y se prepara para ello.
- Abandono del tabaco: Cuando efectivamente se deja de fumar, fase durante la que es importante contar con apoyo familiar, en el trabajo, de amigos. Para lograr el objetivo es importante que no sea una fase especialmente estresante.
- Mantenimiento: Quizás sea la más importante para hacerlo con éxito. Es el momento en que la persona fumadora se entrena para vencer la abstinencia y la dependencia psicológica y evitar la recaída.
Evidentemente, hay situaciones personales en las que por positivo que sea abandonar el tabaquismo, es necesario hacerlo con ayuda. Si sufres depresión, algún otro problema de salud mental o te enfrentas al diagnóstico de alguna enfermedad tuya o de alguien de tu entorno, pide ayuda.
Tanto si piensas en dejar de fumar o ayudar a alguien a hacerlo, puedes encontrar información, apoyo y recursos en el programa Sal conmigo del Tabaco de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). ¡Anímate a mejorar tu salud! #Humanízate!