Dr. Joaquín Mosquera Osés, Radiólogo. Unidad de Mama. Hospital San Rafael
Joaquín Mosquera es radiólogo, miembro de la Unidad de Mama del Hospital San Rafael y responsable de la Unidad de Mama del área sanitaria de A Coruña (Sergas). Durante esta semana ha participado en las revisiones gratuitas organizadas por la Fundación San Rafael y el Hospital San Rafael para conmemorar el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer de Mama, que se celebra mañana sábado, 19 de octubre. El Dr. Mosquera advierte de la necesidad de cumplir con los programas de prevención o cribado poblacional y de acudir al médico si se aprecia alguna anomalía en la mama, pero sin alarmarse. Y recuerda que hay muchos cambios benignos.
-¿Cuál es el mensaje o consejo que trasladaría en este día a la ciudadanía?
-El de mama es el cáncer más frecuente entre las mujeres pero si se diagnostica pronto tiene un pronóstico muy bueno. El 70% de las mujeres tienen una curación completa. La detección está ligada a los programas de cribado poblacional a la edad adecuada. No hay que hacerlos antes de tiempo, pero cuando toca, hay que hacerlos sistemáticamente.
-¿A partir de los 50 años?
-En población sin riesgo específico, a partir de los 45 o 50 años. Hay cierta discrepancia sobre si empezar a los 45 o a los 50, pero las guías europeas recomiendan entre los 50 y los 70 años.
-Y, ¿qué pasa fuera de ahí? Hay mujeres que enferman antes.
-Sí. El mayor riesgo del cáncer de mama en personas sin predisposición previa es cumplir años. La mujer de 55 tiene más riesgo que la de 45 y la de 65, más que las de 55. Luego entre un 15 o 20% de los tumores de mama se dan en mujeres con algún antecedente de riesgo. Bien, por antecedentes familiares propios directos o bien por un riesgo propio, mujeres que han tenido alguna patología que predispone. Estos casos salen del protocolo de chequeos por cribado poblacional y tienen un seguimiento más específico.
-¿Qué es un antecedente directo?
-Fundamentalmente, madre, hermana o hija y, sobre todo, en mujer joven, por debajo de los 50 años. Hay el riesgo de acumulación por agregación familiar. Una madre que enferma a los 55 años que se unen a casos en dos tías, una prima… que desarrollan cáncer en edad joven.
-Las mujeres suelen cumplir con los programas de cribado, ¿no?
-Sí. El de cáncer de mama tiene una buena adherencia. Es decir, que la mujer mantiene la sistemática de hacerse una mamografía periódicamente. De nada sirve hacerse dos que salgan bien si no vuelves. Hay que mantenerlas.
-Porque todavía muchas mujeres no van periódicamente a la revisión ginecológica…
-Sí, hay mucha más conciencia y seguro que por molesta que sea la mamografía, es menos incómoda que una exploración ginecológica. Pero los programas de cribado están muy bien organizados. Te mandan una carta, una cita y hay una sistemática de trabajo de muchos años.
-¿Es suficiente como método de prevención?
-Sí. Pero la mujer tiene que estar muy atenta a si hay algún cambio en su mama. Suelen ser detecciones absolutamente fortuitas. En la ducha o al aplicar cremas. Ante esos síntomas, hay que acudir. Una sensación de nódulo de nueva aparición; un cambio en la piel, sobre todo, una umbilicación, que la piel se mete hacia dentro, o se dan cambios bruscos en el pezón, como una retracción del pezón.
El cáncer de mama, más frecuente en el Norte de Europa
-En Galicia se detectan unos 3 casos al día, alrededor de 1.000 al año. ¿Esto es mucho o poco?
-Los países del Sur de Europa tenemos mucho menos cáncer de mama que los del Norte, sin lugar a duda. En Galicia estamos en el rango medio de España, de unos 97 cánceres por cada 1.000 mujeres. En Holanda o zonas de Inglaterra, como Gales, andan por 127 o 130 cánceres por cada 1.000 mujeres. Me vas a preguntar qué influye…
-Sí.
-Los hábitos, la dieta… La dieta es muy importante para muchos cánceres y para el de mama, también. Otros factores de riesgo son el sedentarismo, la obesidad. Los estrógenos también se producen en la grasa, y pueden ser favorecedores del cáncer. Hay un montón de factores que coadyuvan aunque ninguno es decisivo.
-O sea que la dieta Atlántica o Mediterránea…
-Sí. La dieta atlanto-mediterránea tiene impacto. En el sur de Italia y Grecia hay menos cáncer. Y en Japón hay mucho menos que en Estados Unidos, incluso entre japonesas que emigran, aunque la segunda generación presenta la misma incidencia.
-¿Se sabe por qué el de mama es el cáncer más frecuente entre las mujeres o simplemente es porque tienen mamas?
-Porque tienen mamas y porque tiene una influencia hormonal. Es el más frecuente pero el más mortal ahora mismo en la mujer es el cáncer de pulmón, que antes no era tan frecuente, y seguramente no hay tanta conciencia. Es muy agresivo y causa una mortalidad muy importante. Y el 80% de los cánceres de pulmón los provoca el tabaco.
El papel de las hormonas
-¿Cuántos tipos de cáncer de mama hay?
-Por diferenciación inmunohistoquímica, hay cuatro variedades con su tratamiento y peculiaridades, aunque pueda definirse algún subtipo. En determinados tipos, tenemos las plataformas genómicas, que estudian cómo es esa variedad y si la quimioterapia va a ser eficaz. Porque ahora cada vez se tiende a ser más conservador, sólo dar quimioterapia a aquellas personas a las que va a resultar claramente eficaz…
-Supongo que eso tiene que ver con la expresión de genes que haya en cada tumor, ¿no?
-Eso es. Según el tipo de genes que tiene, hay varias plataformas que estudian cuál va a ser el pronóstico a largo plazo de ese tumor y si va a ser beneficiosa la quimioterapia.
-¿Las hormonas son determinantes en todos los cánceres de mama?
-Las más frecuentes son las variedades luminal con receptores de estrógenos positivos, pero hay tumores sin receptores positivos de estrógenos ni de progesterona. Seguramente haya un montón de multifactores que inciden y por eso no podemos hacer una prevención mejor. No podemos prevenirlo, podemos cogerlo pronto.
-Ni se espera poder prevenirlo.
-No hay una vacuna para el cáncer de mama. Hay una serie de hábitos que te pueden ayudar a no tenerlo: Una dieta variada, hacer ejercicio, mantener un peso adecuado… Te va a ayudar, pero no garantiza.
Grandes avances en diagnóstico, tratamiento y cirugía
-La ciencia avanza y hay avances médicos y de tratamientos. ¿Veremos el fin del cáncer de mama como una enfermedad mortal?
-El cáncer de mama no es una enfermedad sino muchas. Hay diversas variedades con mejor o peor pronóstico, con tratamientos diana o sin ellos. Pero se ha avanzado un montón. Hace años había tumores con un pronóstico muy malo y ahora, gracias a los tratamientos diana, son muchísimo más favorables. Avanzamos en la detección precoz; no tienen nada que ver las mamografías, ecografías o resonancias magnéticas de finales de los 80 con las de ahora. La cirugía antes era muy mutilante y hoy, en el 70 o el 80% de los casos, tiene tratamiento conservador. Antes se hacía un vaciamiento ganglionar completo de la axila a todas las mujeres. Ahora en un porcentaje altísimo se hace el ganglio centinela. Se extraen uno o dos y si no hay más afectados, es suficiente. Así reducimos los efectos secundarios.
-Muy a menudo el cáncer de mama conlleva un tratamiento de inducción de la menopausia y la mujer se enfrenta al cáncer, a una menopausia precoz… Es un proceso largo y duro. ¿No?
-Sí. El más frecuente es el cáncer que recibe un tratamiento antiestrogénico, con tamoxifeno, la pastilla que hay que tomar durante 5 años… Es un proceso largo, pero hay mujeres jóvenes que han tenido cáncer y han tenido hijos o que hacen un tratamiento de preservación de tejido ovárico o de óvulos para una fecundación posterior.
Un paréntesis en tu vida para volver a la normalidad
-Y, ¿cómo lo llevan las pacientes?
-Es duro recibir un diagnóstico, es como una losa que abruma un poco. Por eso en las unidades de mama tenemos unidades de apoyo psicológico; grupos de yoga, y actividades que ayudan un poco. Las mujeres con este diagnóstico deben saber que podemos hacer muchas cosas por ellas. Yo cuando doy un diagnóstico, siempre digo que es como un paréntesis en tu vida de 6 u 8 meses entre el tratamiento, la cirugía, la quimio de antes o después… Tu vida cambia radicalmente y estás constantemente haciendo cosas, pero luego puedes volver a la normalidad. Así hay que tomarlo.
-La atención global mejora la evolución…
-Las mujeres que se tratan dentro de una Unidad de Mama, de un grupo multidisciplinar en el que ginecólogo, cirujano, oncólogo, anatomopatólogo y radiólogo trabajan juntos y toman decisiones en conjunto tienen un mejor pronóstico. Cada caso es diferente y así debe ser la atención.
-¿Hay falsos mitos o ideas que debamos desmontar?
-Es un tumor que ha tenido mucha relevancia en los medios y eso es bueno porque conciencia, pero también causa estrés a muchas mujeres que se alarman en cuanto notan algo diferente. Hay un montón de lesiones benignas en el pecho, como quistes, fibroadenomas, los provocados por cambios hormonales… Y apenas se incide en ellas. 1 de cada 10 mujeres va a tener cáncer de mama. Es mucho pero no dejan de ser 1 entre 10.
Revisiones gratuitas, una experiencia positiva y didáctica
-Por tercer año consecutivo el Hospital San Rafael y la Fundación ofrecieron esta semana revisiones gratuitas. ¿Cómo es la experiencia?
-Muy buena. Aportas información a una persona que tiene dudas y a veces eso es más importante porque das información sobre señales de alarma y sobre esas cosas no tan alarmantes. El 90% de los dolores de pecho son por cambios hormonales o por los sujetadores de aros que aprietan mucho. Hay cosas que no son buenas, pero no es lo más frecuente. Es importante que ese día la mujer que tiene dudas acuda y aclare elucubraciones que normalmente son muy negativas.
-Ahora que lo dice, las mujeres saben muy poco de su anatomía. ¿Hay sujetadores mejores y peores?
-Los sujetadores de aros, sobre todo si van muy apretados, tienden a provocar una especie de fibrosis en la parte de abajo. Produce molestias que la mujer no suele relacionar con el sujetador. También es importante la sujección entre las deportistas que corren, para evitar el pezón de las corredoras, que son molestias asociadas al roce.
-¿Médicamente es mejor usar sujetador o no?
-Médicamente no hay ninguna indicación a favor ni en contra. Es una cuestión de comodidad en función del volumen del pecho y de cada persona. El sujetador ayuda a que el pecho no se caiga porque no tiene músculo, sino un tejido fibroso de sostén que, con los años, tiende a perder elasticidad. Pero esto es tan variable… Cada pecho es diferente, por dentro y por fuera.